Omar Mollo: “Me pinta escribir, pero el tango no es joda”


El cantor cuenta su historia, en la previa de una presentación de su nuevo álbum, Tangamente, y de una gira de seis meses por Europa.

“Mi viejo era un gardeliano empecinado, con una buena oreja. Mi hermano (Ricardo) heredó esa oreja. Tiene una voz y una afinación impecable. Y mi viejo siempre me decía: 'Vos vas a triunfar con el tango, no con el rock'. Mirá qué locura”. Omar Mollo (65) desoyó aquel presagio durante mucho tiempo. Pero hoy puede dar fe que Don Mollo tenía razón. El mayor de los hermanos largó la viola eléctrica, se animó a cantar tangos y encontró su lugar en la música. Este martes se despide de una serie de shows en el Teatro Maipo, donde presenta Tangamente, su quinto disco solista, candidato a ganar el Gardel a mejor álbum de tango.

“La historia mía es allá y acá. Y no darle tiempo a la gente a que se aburra de mí. Me encanta que vengan al show, se vayan y piensen cuándo hago otro”, confiesa. “Allá” es Europa, más precisamente Holanda, país donde Omar vive seis meses al año y donde es considerado un emblema del género más porteño entre los géneros. “El tango sigue haciendo desastres en Europa. En Rotterdam, por ejemplo, hay una escuela de música donde te toman examen de Pugliese y Piazzolla”, ejemplifica.

Fue a partir de ese reconocimiento internacional -anduvo por Rusia, Finlandia y Azerbaijan- que Mollo empezó a ser estimado en estos pagos. “Yo no fui creíble mucho tiempo. Era muy loquillo. Desde que empecé con el tango, que los tangueros me dijeron: 'Te perdonamos el pelo largo y el rock n´roll porque cantás bien'", sostiene, días antes de una nueva gira de seis meses por Holanda y Bélgica.

Omar y su voz naturalmente arrabalera llamó la atención de Alejandro Pont Lezica, quien le produce sus shows y sus discos desde Barrio Sur (de 2012, ganador del Gardel en 2013). “Es el mentor, el productor general de todo esto, es el que me banca a morir con todo”, elogia.

Seguís cantando tangos clásicos. ¿Tu idea es componer tangos propios en algún momento?

Me pinta escribir pero el tango no es joda. Estoy aprendiendo la técnica y la armonía para llegar a largar uno. El día que me inspire, tengo ganas de hacer algo con power. Porque muchos de los que me vienen a ver son jóvenes que me conocen del rock. Pero soy joven, tengo 65 (risas). Mi meta es volver de Europa y hacer un nuevo disco con una gran orquesta, porque me quedó la calentura de cuando canté con la Orquesta Juan de Dios Filiberto.

¿En qué se diferencia la movida tanguera argentina con la de Holanda?

No es que sea más grande. Viste que acá tenés a Sr. Tango, a la esquina de Carlos Gardel, 180 dólares el cubierto, y el músico gana 200 pesos. Es más turístico el tema. Allá no es para el turismo, es para ellos. Tocan porque les gusta: hay milongas, café concerts, estadio chiquito, teatro grande, hay muchas posibilidades porque hay un entusiasmo de tango. Por eso ahí aprovecho, sé que tengo laburo.

¿Por qué no sucede eso acá?

Para mí hay un poco de culpa del músico, que se regala. Ojo, yo sería igual, si no fuera por mi mujer, estaría cantando en un subte. El músico es fácil, como tiene miedo de no tener laburo, arregla cualquier guita. Está mal pago. Yo, por ejemplo, estoy teniendo una resonancia en la gente y me están queriendo más que otros cantores, ponele, porque sos distinto, por lo que sea. Pero creo que también es porque no estoy al manoteo, porque aprendí a decir que no. Vos tenés una carrera, quieras o no, seas humilde o no, sos internacional loco. Vas todos los años a cantar a Europa.

¿Y sentís que acá te empezaron a reconocer más a partir de tu carrera en Europa?

No le doy bola. No me meto. Por eso mi mujer está como está, tiene un infarto. Porque ella hace el laburo sucio. Yo canto y me voy. ¿Sabés que feo es ir a cantar después de haberte peleado con el dueño del lugar porque no te quiere pagar lo que valés? Ese es el sistema que hay acá: que uno solo tiene que hacer todo. Allá no. Allá hay un lugar donde vas, decís que sos artista, hay otro que te contrata, y ya sabés todo lo que va a pasar. Yo hace 13 años que voy y los precios no cambiaron. Entonces puedo planificar.

Show despedida

Omar Mollo presenta los tangos de Tangamente y repasa sus discos anteriores. Con dirección musical del pianista Diego Ramos, el trío que acompaña a Mollo se completa con Federico Maiocchi en contrabajo y Ernesto “Chino” Molina en bandoneón. El martes 26 de abril, a las 21.30, en el Teatro Maipo. 

Fuente: clarin.com

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